X e Y. Las personas se manejan en código binario.
Sí y No. Las ideas se manejan en código binario.
Hay montones de binarios dando vueltas.
Hay gente que disfruta las historias y gente que no.Hay gente que cree que las ficciones son posibles, y gente que se ata a los hechos tangibles. Hay gente que odia los engaños, y gente que se deja mentir.
Hay gente que consume historias, y gente que las crea, las inventa, les da vida.
Hay gente que se divierte o entretiene con las historias. Y hay gente que las vive.
***
Flashback.
L'esprit de l'escalier.
Honestamente, no puedo creer cómo tuve el coraje para hacerlo. Fue más pena. O empatía. O picardía. Pero lo hice.
-Hey, no tenés que llorar. Ya el día está bastante gris como para que se ponga negro.
-¿Perdón?
-Me espera un largo viaje, y la verdad que no quiero mojarme.
Tenía tiempo y curiosidad. Me gusta escuchar historias, no es nada nuevo. Y una mujer llorando en el subte asegura una buena historia.
-Me espera un largo viaje, y la verdad que no quiero mojarme.
Y ahí nomás le esbozo la primera sonrisa. Ella me mira extrañada, sin reaccionar, hasta que explota una risa con lágrimas y me dice:
-No tengo nada que ver con vos, mi vida no te incumbe.
-Te equivocás -le retruco, mientras mi cabeza maquina a mil por un ancho de espada.
-¿Ah, sí?¿Y en qué te incumbe?
-En que el mal tiempo es el resultado de un cúmulo de tristeza de todos nosotros. Que entre más lágrimas, más gotas, más lluvia.
El subte arranca, dejando mi estación atrás. El sacudón la saca del estado de confusión en el que se había sumergido. Y ahí larga la segunda sonrisa, más curiosa e interesada que la primera.
-Mirá, no te conozco, y tu teoría me parece bastante inocente... bastante pelotuda como para que deje de llorar por un capricho egoísta tuyo.
-Solo te digo que si estuvieras en mi lugar también querrías que no llueva.
No sé cómo dije eso.
Supongo que el estar todo vestido de negro y con un Anj al cuello infundía en mí un espíritu esotérico y místico del cual me aproveché.
-¿Y quién sos?¿Cómo te llamás?
-Me llamaron de muchas maneras a lo largo de los años, pero lo que importa no es quién soy, sino QUÉ soy.
Soy un mentiroso, soy un improvisado, soy un inconsciente, soy un inmaduro.
Soy un creador de historias. O espero poder serlo.
-¿Y qué sos vos?
Su curiosidad es intensa. Ya no sonríe incrédula, presta atención. Quiere conocer el remate, el decenlace, la punch line, el final. El principio.
-Soy lo que te hizo dejar de llorar. Soy la distracción, la bomba de humo que te permite escapar del problema por un rato, hasta que estés lista para enfrentarlo.
Otro sacudón.Las puertas se abren y bajo del vagón a cualquier estación, con paso ágil, sin mirar atrás.
Por un rato creo una historia, me convierto en ella, la uso y la dejo que crezca en otra mente.
Así los hechos, así la historia.
O no.