24.8.07

De lápiz y de odio

El lápiz puede ser la herramienta más agil. No pide demasiado y da mucho.
Sinceramente, no sé que carajo estoy escribiendo, sólo estoy dejándome llevar por el lápiz.
Capaz que algo bueno saque de esta escritura, pero no creo que sea valioso.
Todo se ve tan feliz alrededorque me dan ganas de matarme, pero no en el sentido figurado.
Tengo ganas de golpearme hasta sangrar, sin importarme un carajo la vida, ni nadie. En realidad, nunca me importó nadie, porque nadie pretendió importarme. Y cuando realmente tuve a esa persona delante mio, nunca le di la importancia suficiente que se merecía.
Odio haberme acostumbrado a ser tan sorete. Odio no poder ver las cosas como realmente son. Me odio por ser tan lacra y por restarle importancia a todo lo que me pasa. Odio tener que estar solo, pero más odio merecermelo. Odio este mundo lleno de rencor, y odio tener que vivir en él, sumándole más rencor aun. Rencor que no sólo es por quienes me cagaron la adolescencia y posiblemente la vida, sino que también tengo rencor por mí, por hacer exactamente lo que esas personas me pedían que hiciera.
Tengo mucho odio acumulado y nada de música, sólo autos, pájaros y risas que me hacen juntar aun más odio.
Quiero despertar de esta pesadilla que llaman vida. Quiero tener la certeza de que me espera algo mejor (sea ahora o mucho más adelante). Quiero no sentirme un inútil. Quiero valorar a una sola persona que perdí por no haberla valorado en su debido momento. Quiero llorar. Quiero explotar. Quiero entender a esa persona.
No me importa nadie más y no es por pelotudísima obsesión, sino porque nadie me dio tanto; porque nadie se hizo valer; porque ella es única; porque la extraño demasiado; porque intento todo lo que puedo para hacerla pasar un buen rato; porque le debo demasiado; porque es la única persona que me puede dar vuelta la cara sin que me enoje.
Porque, hoy más que nunca, la amo.

09-08-07

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